Lección 5 - Nunca estoy disgustado por la razón que creo.

Transcripción:
Lección 5 - Nunca estoy disgustado por la razón que creo.


Hoy leeré la lección completa. Dice aquí, Esta idea, al igual que la anterior, puede aplicarse a cualquier persona, situación o acontecimiento que creas que te está causando dolor”. Muy bien, ahí vemos de nuevo el tema de los pensamientos. Tú crees, o piensas, que te está causando dolor. Estamos lidiando con tus pensamientos ahora.

Dice, “Aplícala específicamente a lo que, según tú, es la causa de tu disgusto, y usa, para describir el sentimiento, el término que te parezca más preciso. El disgusto puede manifestarse en forma de miedo, preocupación, depresión, ansiedad, ira, odio, celos o un sinnúmero de otras formas, y cada una de ellas se percibirá como algo diferente”.

Si puedes recordar las primeras 4 lecciones, comienza a ser obvio que no hay diferencias. Toda la forma es la misma, pero la mente humana, atrapada en el tiempo y el espacio, quiere que algunas cosas sean más importantes y otras cosas menos importantes, y lo que ahora practicamos es, que todo es lo mismo. Todas esas formas, todas aquellas que serán percibidas como si fueran diferentes.

Continúa diciendo, “Mas no es cierto que sean diferentes. Sin embargo, hasta que aprendas que la forma no importa, cada una de ellas constituirá materia apropiada para los ejercicios de hoy. Aplicar la misma idea a cada una de ellas por separado es el primer paso que te lleva a reconocer finalmente que todas ellas son lo mismo”.

“Al aplicar la idea de hoy a lo que percibas como la causa específica de cualquier forma de disgusto, usa el nombre del disgusto de que se trate, así como la causa que le atribuyes. Por ejemplo: No estoy enfadado con ___ por la razón que creo. No tengo miedo de ___ por la razón que creo”.

Lo más importante de esta lección es que no estás tratando de resolver a una persona, una situación, o el disgusto. No estás tratando de arreglar nada aquí, sólo estamos practicando, y la manera que pienso que es, es como si la luz estuviera disolviendo los pensamientos cuando practicas, y es por eso que no debes resolver nada. Bueno, ¿por qué estoy disgustado y qué puedo hacer ahora? Eso es secuenciar el tiempo, eso es irse al pasado y ahora estás tratando de resolver algo fuera del ahora, de modo que puedas tener un futuro diferente, y eso no es para nada lo que estas lecciones están intentando hacer. Están intentando trabajar con tus pensamientos, y de que tomes responsabilidad por ellos, y en la medida que hagas esto, la Luz de Dios comienza a disolver estos pensamientos.

La ciencia incluso se ha “subido al tren” con esto. Si comienzas a ver que los pensamientos son simplemente sinapsis en tu cerebro, y que hay millones de ellas, y que cuando te enfocas en cualquiera de ellas se convierten en tu pensamiento principal, es ahí cuando te das cuenta de que todos los pensamientos son lo mismo.

Así que dice, “Pero una vez más, esto no debe substituir a las sesiones de práctica en las que primero examinas tu mente en busca de lo que crees son las "causas" del disgusto, y las formas de disgusto que, según tú, resultan de ellas”.

“En estos ejercicios, incluso más que en los anteriores, es posible que te resulte más difícil ser imparcial y evitar concederles más importancia a unos temas que a otros. Tal vez te resulte útil encabezar los ejercicios con la siguiente afirmación: No hay disgustos pequeños. Todos perturban mi paz mental por igual”.

En la medida que avancemos, una de las cosas que descubrirás es que en verdad quieres quedarte con algunos de tus disgustos. Los quieres, y no hay nada de malo con eso, pero en la medida que avanzas comienzas a ver que, sí, en verdad me gusta estar en conflicto.

Eso parece difícil de creer primero, pero lo verás en la medida que hagas excepciones en aquellos disgustos que son especialmente dolorosos y que te lastiman. Han estado ahí por tanto tiempo que tú sólo dices para ti mismo, “yo no utilizará ESE pensamiento para la práctica”, y ESE es el pensamiento que deberías estar usando.

Dice, “Escudriña luego tu mente durante un minuto más o menos y trata de identificar las diferentes formas de disgustos que te estén perturbando, haciendo caso omiso de la relativa importancia que tal vez les atribuyas”.

“Aplica la idea de hoy a cada una de ellas, usando el nombre de la causa del disgusto tal como la percibas” Me encanta, se trata sólo de tus pensamientos. Todas las cosas que parecen sucederte están organizadas en tu mente de una forma particular y las estás percibiendo de una manera particular, y estas lecciones están ayudándote a generalizarlas de tal manera que puedas ver que todas son lo mismo.

Alguien que tal vez haya tomado algo de tu casa no es diferente que un pensamiento de asesinato. Todo es lo mismo, sin embargo lo que hacemos es pensar y decimos, “pero eso no es tan malo. Es peor que alguien haya robado un millón de dólares que un dólar”. O que alguien haya chismeado de mí, no es tan malo como asesinar a una persona. Y lo que nos muestran estas lecciones es, que todo es lo mismo. Todas las formas son lo mismo.

“ Los siguientes son ejemplos adicionales: No estoy preocupado acerca de (inserta el nombre de la persona o situación aquí) por la razón que creo. No estoy deprimido acerca de ___ por la razón que creo. Tres o cuatro veces al día será suficiente”.

Lección 5, Nunca estoy disgustado por la razón que creo.

¡Diviértete practicando la lección de hoy!


Un Curso de Milagros
Lección 5 - Nunca estoy disgustado por la razón que creo.


Nunca estoy disgustado por la razón que creo.


Esta idea, al igual que la anterior, puede aplicarse a cualquier persona, situación o acontecimiento que creas que te está causando dolor. Aplícala específicamente a lo que, según tú, es la causa de tu disgusto, y usa, para describir el sentimiento, el término que te parezca más preciso. El disgusto puede manifestarse en forma de miedo, preocupación, depresión, ansiedad, ira, odio, celos o un sinnúmero de otras formas, y cada una de ellas se percibirá como algo diferente. Mas no es cierto que sean diferentes. Sin embargo, hasta que aprendas que la forma no importa, cada una de ellas constituirá materia apropiada para los ejercicios de hoy. Aplicar la misma idea a cada una de ellas por separado es el primer paso que te lleva a reconocer finalmente que todas ellas son lo mismo.

Al aplicar la idea de hoy a lo que percibas como la causa específica de cualquier forma de disgusto, usa el nombre del disgusto de que se trate, así como la causa que le atribuyes. Por ejemplo:

No estoy enfadado con ___ por la razón que creo.
No tengo miedo de ___ por la razón que creo.


Pero una vez más, esto no debe substituir a las sesiones de práctica en las que primero examinas tu mente en busca de lo que crees son las "causas" del disgusto, y las formas de disgusto que, según tú, resultan de ellas.

En estos ejercicios, incluso más que en los anteriores, es posible que te resulte más difícil ser imparcial y evitar concederles más importancia a unos temas que a otros. Tal vez te resulte útil encabezar los ejercicios con la siguiente afirmación:

No hay disgustos pequeños.
Todos perturban mi paz mental por igual.


Luego busca en tu mente cualquier cosa que te esté afligiendo, independientemente de si te está afligiendo poco o mucho.


Es posible también que te sientas menos dispuesto a aplicar la idea de hoy a algunas de las causas de los disgustos que percibes que a otras. De ocurrir eso, piensa en primer lugar en lo siguiente:

No puedo conservar esta forma de disgusto y al mismo tiempo desprenderme de las demás.
Para los efectos de estos ejercicios, pues, las consideraré a todas como si fuesen iguales.


Escudriña luego tu mente durante un minuto más o menos y trata de identificar las diferentes formas de disgustos que te estén perturbando, haciendo caso omiso de la relativa importancia que tal vez les atribuyas. Aplica la idea de hoy a cada una de ellas, usando el nombre de la causa del disgusto tal como la percibas, y el del sentimiento tal como lo experimentes. Los siguientes son ejemplos adicionales:

No estoy preocupado acerca de ___ por la razón que creo.
No estoy deprimido acerca de ___ por la razón que creo.


Tres o cuatro veces al día será suficiente.

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